La Sagrada Escritura advierte entonces del engaño de recibir otro espíritu, y en el caso del catolicismo bien podríamos hablar de un "espíritu mariano", el cual, precisamente, no es el de Cristo, pues si es Éste último quien convence al alma perdida y ciega que no cree en el Señor, el otro espíritu, el de la religión (de los que se visten de oveja, pero son lobos) mantiene al alma perdida y ciega dentro de la amplia puerta y el espacioso camino que llevan a la perdición, siendo que "muchos son los que entran por ella", pues como dijera el Señor: "porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan." (Mateo 7:14) A lo que prosigue con una advertencia a dicho respecto: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces." ( v. 15 ) Así entonces, "el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos" (2 Tim. 2:19) Pero el fundamento de Dios no se basa en "Pedro y sus sucesores", sino en la vida eterna (verdad espiritual revelada al alma únicamente por Dios) que el Señor da gratuitamente a las ovejas que oyen Su voz, ya que de éstas dijo: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." (Juan 10:27-28). Por lo tanto, si el lector no acepta la evidencia de que la unidad de que se jacta el papado es la unidad forjada carnalmente, ya que se da en base al sometimiento de la fe a uno que ponen por cabeza, mientras que la unidad real, la cual es espiritual, se produjo "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo", siendo la unidad de ese Cuerpo guardada en y por el Espíritu Santo, para lo cual se nos manda ser "solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu," ( Efesios 4:3-4 ) así pues, "teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito" ( 2 Cor. 4:13 ), la unidad de nuestra fe radica en que los cristianos todos tenemos conforme a lo escrito: "una fe, un Señor, un bautismo, un Dios y Padre de todos" (Efesios 4:5-6 ), siendo al Padre a quien los hijos obedecen en el vinculo de la paz, sujetándose como está escrito: "unos a otros (no a un papa) en el temor de Dios". Y para concluir señalemos la inexistecia de una "madre de todos" en la enseñanza antedicha de la verdadera unidad del cuerpo de Cristo, que es Su Iglesia. Exposición de acuerdo a la doctrina establecida por Escritura apostólica del Señor. |
En Dios solamente está acallada mi alma; Amén. |
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